Me gustaría comenzar asi:
Un día mi hijo mayor, Pedro, me preguntó que para qué tenía dos pasaportes, dos ciudadanías, dos partidas de nacimiento... quería saber de dónde era él realmente.
Un par de minutos después le dije que éramos de dónde mejor nos trataban. Simplemente.
Los papeles son fenómenos, pero no para ser. Sólo para estar.
martes, 23 de junio de 2009
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